NOTA: Si no sos de los que les gusta leer mucho, acercate a la parte de abajo de este artículo, a su conclusión. Si querés entender el por qué de esto, seguí leyendo de arriba para abajo, como siempre.
Hoy desperté y recordé que tengo una máquina muy vieja y chica sólo funcionando como filtro de correo. Casi como si fuera nueva me acerqué para ver cómo estaba, y si necesitaba actualizaciones, ya que no la toco desde hace siglos.
Allí estaba, funcionando como si nada, con una tonelada de tierra encima, la pantalla con más suciedad de lo que cualquiera podría imaginar en una laptop, que en este caso es una netbook.
Mientras le bajaba los mil patches que necesitaba para estar actualizada, comencé a recordar las máquinas que me acompañaron en mi vida, y decidí que no sería mala idea hacer este review como para tener una idea general de cómo funcionaron.
La primera fue una Texas Instruments viejísima, que creo que no contaría en el review, ya que no tiene ni por las tapas las características de las que hay ahora.
Esa máquina funcionó relativamente bien, aunque tenía su buen peso (en esa época, más de quince años atrás todas eran pesadas), y un mecanismo un tanto extraño para intercambiar la diskettera con la unidad lectora de CDs. Decidí ver si aún la tenía entre mis cosas, y efectivamente, allí estaba. Su batería ahora no dura más de media hora, pero aún vive. No tenía tarjeta de red, pero le agregué una junto a un módem para conectarme a Internet.
La que tuve inmediatamente después fue una IBM Thinkpad 600, la que para mi sorpresa aún está en un rincón de la casa de mis padres. La encendí, y luego de explicarle a su BIOS que ya no es el año 1976, y ver que comenzó a cargar su batería, quedó funcionando.
Levanté el mail, le configuré mi cuenta actual, y funcionó aún con los viejos programas que tenía ese antiquísimo Slackware que estaba instalado. Y funcionó todo. Hasta levanté archivos adjuntos en formato Word, que abrieron el StarOffice que tenía (el antecesor del OpenOffice, que es el antecesor del LibreOffice).
Cuando la desenchufé, la batería aguantó casi cuarenta y cinco minutos. No tiene WiFi, pero la usé con una tarjeta PCMCIA WiFi, y todos felices.
Luego, tuve una IBM A22m. Literalmente, era el Ford Falcon de las máquinas. Como gran innovación, aparte de tener una pantalla de 14', tenía diskettera, lectograbadora de CDs, lectora de DVDs, y UN puerto USB. Esa ya no la tengo, porque luego de haber compilado cantidad de kernels de Solaris Express para el proyecto Indiana, lo que luego sería OpenSolaris, la vendí a alguien que cuando vino a retirarla por mi casa recuerdo que me preguntó si era nueva, porque tenía su teclado perfecto, la pantalla sin un mínimo pixel quemado, su batería duraba una hora y media, y todo, pero todo, andaba bien.
Luego recuerdo que una persona que viajaba bastante me comentó que estaba trayendo unos equipos de una marca rara llamada Lenovo, y que como usaba sólo dos, podía traer tres y venderme una de esas máquinas a mí. Esa fue mi primera Lenovo, de la vieja época, que tenía un interesante teclado con algunos símbolos en japonés, así como su BIOS, y un maletín que creo, fue el mejor que tuve en mi vida entera. Su pantalla tenía una definición infernal: 1280x1024. Tenía lectora de DVDs, y una innovación interesante que no pude usar sino hasta que comenzaron a venderse por acá Access Points: tenía WiFi incorporado.
Cuando la vendí el comprador me preguntó lo mismo, si hacía poco que la tenía, porque estaba, literalmente, con el teclado perfecto, y su batería duraba casi dos horas.
Al vender esa máquina compré una HP Pavilion DV5000. Pantalla grande, Windows Media Center preinstalado, un teclado más que decente, lectograbadora de DVDs, WiFi, etc. Esa máquina aún la tengo, claramente apagada. Su batería, que en un principio duraba dos horas, comenzó a durar cada vez menos, hasta que se quedó en algo así como unos cuarenta y cinco minutos. También fue laboratorio del ya ahora existente OpenSolaris, y luego de experimentos varios con Illumos.
Un detalle: el circuito de refrigeración siempre tenía problemas, y tuve que desarmarla para sacarle pelusas mil veces. Recuerdo por lo menos unas cinco veces, porque cuando subía la temperatura, se apagaba sola. Yo en el medio de una edición de un documento, y la maldita se apagaba.
En el medio, y por cuestiones laborales, tuve una Dell D600. Lindo bicho, con una batería que no duraba más d euna hora y media, un teclado que parecía que se iba a romper, pero no terminaba de hacerlo, un puerto USB, y tornillos que cada tanto se salían solos. Levantaba la máquina y veía cómo se caían. Muy bien armada, ja!
A esa máquina, y por temas laborales también, la sucedió una Dell 630. También lindo equipo, pero con la batería que cada día parecía funcionar peor. Un buen día me llegó un mail de Dell avisando que la batería por un problema de diseño podría explotar, por lo que me mandarían una nueva. Y así lo hicieron. Literalmente, el mejor servicio al cliente que uno pueda imaginar. Incluye hospital de quemados...
Luego de esa máquina, adquirí una HP 2133 mini, ya que quería una máquina con el formato netbook, pero con un teclado que sirva para algo. Y esa máquina, un lujo de puro aluminio, con procesador Via C-7m, soportó hasta la instalación de OpenIndiana. Interesante que en esa época HP, por estar algo peleada con Microsoft, la vendía con Suse Linux. Claro está, el Suse no se podía actualizar a menos que pague un contrato con Suse, lo que me parecía en extremo absurdo considerando que justamente había comprado algo con un sistema operativo de código abierto. Puro software libre, pero pago. Un chiste de HP.
como buena HP, también tenía problemas térmicos constantes. No se llegaba a apagar, pero los sensores marcaban muy seguido los tan temidos 80°. Y se me tostaban los pelos de las piernas, eso lo recuerdo. Esa máquina aún la tengo, ya que me encariñé con el hecho de haber cosido una funda de cuerina sólo para que no se me raye. Su disco cada tanto comenzaba a zapatear, eso sí.
Luego en un viaje adquirí una Lenovo S10e (en realidad me la regalaron los miembros de la comunidad de OpenSolaris en un viaje a San Francisco donde todos nos juntamos para planificar lo que sería el futuro de este sistema operativo, casi sin saber que en breve se venía el destrozo, y no iba a tener futuro, al menos no como OpenSolaris). Esa máquina es la que hoy encontré, y cuya batería viene aguantando más de tres horas, con el WiFi encendido, y sin chistar. Teclado algo chico, pero la máquina anda perfecto.
Claro, con mi fiebre de potencia, adquirí una Toshiba con procesador Core i7, 32 GB de RAM, y un disco de 1 TB. A la semana de usarla, tenía la sensación de que la tenía de toda la vida. El teclado ya se mostraba gastado, la pantalla parece de nylon, el lectograbador de DVDs funciona cuando quiere (desarrolló una personalidad destructiva para con sus insumos) y su batería bajó en un 20% su capacidad. El balance general es bastante malo, y sé que si tuviera un mínimo golpe, se viene el velatorio de la máquina. Es una 850, o algo así. Lo peor, es el UEFI. No sólo por ser UEFI, sino porque está programado de forma tal que para poder ingresar a él, y solicitar funciones tan avanzadas como un cambio del dispositivo de booteo (!) hay que generar un error de teclado, con lo que cual se puede ingresar. Muy práctico e intuitivo, por supuesto. Eso lo obtuve de un foro una semana y media antes que el soporte de Toshiba siquiera me responda el mail que les mandé.
En el camino compré una Banghó para un pariente mío, la cual, sorprendentemente, sigue funcionando, luego de más de cinco años. No se lentificó, y si bien su batería ya pasó a mejor vida, aún se pelea con el mundo de la informática. Eso sí, he visto otras máquinas con el mismo procesador, la misma RAM, y el mismo disco, funcionar notablemente más rápido. Ergo: algo es malo en el motherboard, y eso pone todo más lento. Ni que hablar de las acrobacias que tuve que hacer para instalarle Linux, ya que su chipset debe haberse fabricado en forma artesanal en alguna casa de familia de Japón, la que se quemó y no se pudieron recuperar ni los planos ni las especificaciones.
Todas las demás Banghó que probé, ya sean Celeron, Core i3, i5, i7, y sus variantes, tienen la característica de parecer hechas para que un soplido o estornudo fuerte las rompa. Y calientan. Todas calientan al nivel de esterilizar a un Sysadmin si se las pone sobre las piernas. Los ventiladores siempre están funcionando al máximo, y aún así calientan muchísimo. Máquina ideal para el invierno de zonas árticas, pero creo que allá no se venden.
Luego, por temas laborales tengo una Lenovo T430, cuyo teclado estoy usando para escribir esto, y que aún funciona, luego de tres años de transportarla de acá para allá, perfectamente. El disco no presenta errores, y si no fuera por un sistema de encripción de datos que la lentifica notablemente, no tendría que cambiar nada.
En el medio de todo esto, compré una HP Pavilion dm1. Procesadores AMD E350-II, 2 GB RAM, 500 GB de disco. Esta máquina es decente desde el punto de vista del teclado, y su pantalla, y su carcaza es también de aluminio, pero el disco ya patinó un par de veces, y como todas las HP, levanta temperatura en forma exagerada, aún cuando no hay mucho procesamiento. Otra tostadora que al menos, no se apaga sola.
También por el medio de esto obtuve una Asus tipo netbook, con procesador Celeron. Una cosa bárbara, porque funciona aún el día de hoy. Y funciona bien. Su teclado anda, su disco no falló, así como ninguna otra pieza de su hardware. Lo mismo le pasó a todos los que conozco que compraron esta marca.
CONCLUSIÓN:
- Todas las Lenovo que usé en mi vida tuvieron teclado duradero, batería que no se agotó, disco que no se rompió, y las pude revender a buen valor, por ser Lenovo. Y no me tostaron las piernas.
- Todas las HP que tuve al poco tiempo quise revolearlas por el aire, porque calentaban muchísimo (80°, llegando a apagarse solas), o se tapaban sus ductos por problemas de diseño. En todos los casos sus discos se rompieron, ya sean de notebook, netbook, o cualquier cosa. Al querer venderlas, todos los compradores peleaban el precio "por ser una HP". Nunca más compro una a menos que me aseguren que su fábrica contrato psicólogos para sus diseñadores.
- Salvo una Celeron muy vieja, que varios me dijeron que salió buena de fábrica, las Banghó resultaron descarte. Caras para el pésimo hardware que tienen, y sus carcazas son de juguete. Todas calientan una barbaridad, sufren de problemas de hardware fuertes (pantallas que se queman solas, lectograbadoras que no funcionan luego de un par de grabaciones, teclados malísimos, tarjetas WiFi que se descomponen porque sí, discos más que débiles, y un largo etc.).
- Las Dell se mostraron como un punto intermedio entre la excelencia de las Lenovo, y la basura Banghó. Me da un poco de impresión que alguien me diga que me pueden estallar los genitales por una batería que salió de fábrica con un error de diseño, no lo voy a negar. Que me manden un reemplazo de batería a un hospital donde puedo estar internado en la sala de urología por una reconstrucción no sería algo que consideraría un buen "servicio al cliente". Pero bueno, es mejor que nada.
- Prometo no adquirir nunca más una Toshiba aunque venga con cuatro procesadores Intel Xeon de última generación, 64 TB de memoria RAM, y un array de discos de 250 TB colgando de su costado. Son quizá un punto intermedio entre las Dell y las HP. El precio es por lejos mejor que en cualquiera de estos casos, y casi que son más económicas, si se consigue la promo adecuada, que las Banghó.
- Las Asus aparentemente, y tocando madera, se vienen comportando bastante bien, por lo que podrían colocarse en un escalón entre las Lenovo y las Dell.
- Texas Instruments, lamentablemente, R.I.P. Amé mi primer notebook, donde instalé mis primeros Linux móviles.
- La escala final, en función de calidades, queda así:
1) Lenovo. Todas funcionaron bien, sin importar si eran de gama alta, media o baja.
2) Asus o Dell, según se prefiera.
3) Dell o Asus, según se prefiera.
4) Toshiba.
5) HP (no es gracioso perder información porque siempre sus discos se rompen, tanto en laptops como en PCs o servidores).
1006) Banghó. Todas, salvo una, funcionaron muy por debajo de lo esperado. Y de lo pagado.
En fin, esto no es para influir el deseo de compras de nadie, pero sí para compartir mi propia experiencia, que como podrán ver más arriba, es más que personal, y podrá ser retrucado por cuaqluiera que haya logrado con una máquina de las marcas que yo considero hoy incomprables, increibles resultados.
Abrazos!
[NOTA]: He recibido excelentes referencias de las máquinas Samsung, poniéndolas quizá por debajo de las Lenovo. Luego de las Mac, poniéndolas inclusive por arriba de las Lenovo. No las agregué a la escala, por no ser parte de mi experiencia de vida. Pero si adquiero alguna de ellas, o algún alma (muy) caritativa decide donarlas a la causa, no les quepa duda que estarán por acá en una próxima edición.
PD: Todas las marcas mencionadas en este artículo son propiedad de ellas, o eso piensan sus directivos, y sólo se las menciona por ser éste un blog, y no un centro de difusión de radio, televisión, onda corta transoceánica, microondas espaciales, o similar.
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